Es frecuente pintar la pared del cabecero de la cama de un color que rompa con el color blanco o muy suave del resto de la habitación.
Tenemos 2 opciones:
a) pintarla con un tono fuerte, lo que dotará de mayor profundidad la estancia. Debemos tener en cuenta que este color marcará la decoración del resto del dormitorio.
Dentro de este caso se llevan mucho el negro, gris oscuro, azul oscuro y el rosa fucsia o el granate.
b) pintarla con un color claro y neutro, que pegue con todo y, en este caso, dar los toques de color con los elementos decorativos del dormitorio: cojines, cortinas, jarrones, etc..
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