A la hora de decorar un espacio, el color es primordial y muchas veces, aunque tenemos una idea de qué tono queremos aplicar, no sabemos cómo debemos hacerlo. ¡No os preocupéis! En el blog de hoy os traemos unos consejos sobre colores cálidos y neutros para que vuestro espacio luzca como diseñado por los mejores interioristas. ¡Nuestras combinaciones de cálidos están que arden!

Colores cálidos: un toque acogedor

¿Por qué cálidos?

Como ya os podéis imaginar, los colores cálidos no se llaman así porque nos vayan a tapar del frío. La «temperatura del color» hace referencia a la sensación térmica que un color nos causa psicológicamente: cuando observamos las tonalidades del rojo al amarillo (incluyendo los naranjas y marrones) nuestro cerebro nos trasmite sensaciones cálidas – lo asociamos al sol, la arena o el fuego. Para distinguir los grados de calidez, nos podemos guiar de una máxima muy sencilla: cuanto más rojo, más cálido. A esta pequeña gama que hemos mencionado, habría que añadir ciertas tonalidades de verde, como el lima, y rosas.

Si pensamos en las reacciones que nos producen estos colores en la vida diaria, nos será muy sencillo saber que efecto producirán en nuestras estancias. La aplicación de colores cálidos sobre nuestras paredes nos ayudará a dar un toque acogedor, cercano y enérgico a nuestros espacios. Como estos colores son muy estimulantes, son ideales para espacios de tránsito o de mucha actividad, como cocinas, salas de estar o salas de juego.

Dime qué estancia tienes y te diré como vestirla

A la hora de decantarnos por un color cálido, es esencial determinar la luminosidad y tamaño de nuestra estancia. Los tonos más claros – en los que podemos incluir el verde manzana, tonos anaranjados, beiges intensos y amarillos pálidos – son ideales para habitaciones que reciben poca iluminación natural, ya que son los que más reaccionan a la luz. Si abusamos de intensidad cromática en ambientes pequeños, podemos hacer que nuestra estancia parezca más pequeña de lo que aún es, por lo que los tonos más apagados o claros son ideales para habitaciones con espacio reducido. Resumiendo: en habitaciones con poca luz y pequeñas, utilizaremos naranjas claros, amarillos apagados y verdes.

 

Si por el contrario tu estancia es amplia y luminosa, los colores más intensos te ayudarán a aportar dinamismo a la sala y, además, transmitirán energía y alegría. Los verdes más calidos, rosas y naranjas son perfectos para desprender jovialidad.

Los colores cálidos, además, son ideales para establecer focos de atención en nuestras habitaciones: la aplicación de un color vivo o un vinilo de colores a una sola pared ayudará a que esta sea el blanco de todas las miradas. Utiliza rojos, naranjas vivos, fucsias y amarillos fuertes para atraer todas las miradas al rincón favorito de tu estancia.

Los colores cálidos vivos también son ideales si tienes estancias con base en madera oscura, ya sea en el suelo, en los muebles o estucados rústicos. Un bonito amarillo será ideal para complementar toda la sala.

Trucos de decoración

Si aplicamos un color cálido a una sola pared de nuestra estancia o si utilizamos tonos cálidos en un vinilo, el uso de elementos (ya sea en muebles o tejidos) de colores complementarios hará que nuestras estancias luzcan completas y dinámicas. Además, nos ayudará a equilibrar las sensaciones que producen los colores. Curso rápido de complementarios: combina rojo con verde, tonos azules y amarillos anaranjados o amarillos con violetas.

Como ya hemos dicho, los colores cálidos aportan mucho dinamismo y energía, pero un exceso de color puede resultar molesto y provocar nerviosismo. Por eso, os recomendamos que si decidís aplicar un tono cálido vivo a todas las paredes de una estancia, sobre todo si esta es pequeña, rebajéis su efecto con muebles de línea minimalista en un solo tono – nosotros apostamos por efectos madera claros o blanco. Evita el uso de patrones en tejidos y utiliza siempre la misma gama de tonos que en la pared o combina tus paredes con cojines, sofás y corinas de colores luminosos y poco saturados (como el blanco o el gris).

Colores neutros: una apuesta segura

¿Qué es un color neutro?

En la teoría, los colores neutros son todos los colores cercanos a la gama de los grises, ya que los neutros contienen la misma cantidad de colores primarios (rojo, amarillo y azul). En la práctica, nos referiremos como neutros a todos esos colores de saturación o intensidad muy baja: es decir, incluiremos colores tanto fríos como cálidos en sus variantes “más apagadas”, así como monocromáticos – grises, blancos y negros. Los colores neutros son perfectos en decoración para crear un ambiente que transmita calma, ya que rebajan cualquier sensación derivada de las distintas temperaturas de color.

Al estilo suizo

               Suiza es neutral en política y diseño: es la cuna del estilo minimalista. Además de eliminar cualquier artificio y reducir el espacio a lo esencial, esta estética interiorista pretende incitar a la relajación y, por ello, siempre utiliza un reducido número de tonos, preferentemente neutros. El minimalismo ideal es el monocromático: los juegos entre blanco y negro. Si quieres crear un espacio de aspecto ordenado y limpio, ¡este es tu estilo! Además, este estilo le dará un toque de lo más contemporáneo y elegante a tus estancias gracias al efecto del negro. Para evitar la impersonalidad de estos colores y crear un ambiente más acogedor, añade toques de gris y juega con maderas cálidas (tonos marrones vivos) en tus muebles.

Un puente hacia el color

Los colores neutros pueden ser nuestros grandes aliados para armonizar tonos de mayor intensidad en un espacio. La aplicación de neutros suaviza el efecto del “color de acento” y hace que tu estancia resalte en la justa medida. ¿Nuestro consejo? ¡Aplica el 60 30 10! Un 60% de la habitación – tanto en elementos como en superficies – irá decorado en un tono neutro y, si es de intensidad baja, mejor que mejor. Un 30% lo dedicaremos a un color secundario: aunque puedes atreverte con colores de más saturación y complementarios al color de acento, nosotros nos decantamos por otro color neutro de mayor calidez o intensidad o un color frío apagado. Finalmente, dedica el restante al color de acento, en el que puedes decantarte por toda la saturación que quieras. Si rebajas el porcentaje del color de acento, podrás combinar hasta dos o tres colores vivos para darle un toque más alegre y juvenil a tu habitación. ¿Quieres ver el resultado? Os dejamos unos ejemplos.

 

Resumen: para un acierto seguro, pinta tus paredes con colores base neutros y aplica color en tejidos y otros elementos decorativos.

Aires del norte

¿Por qué nos resulta tan atractiva la “estética IKEA”? Aunque este líder del mobiliario tiene un estilo propio, su diseño es también muy “cultural”: se trata de la decoración de inspiración nórdica. El objetivo principal de este estilo es ganar la máxima claridad – ya sabemos que los países del norte no cuentan con mucha luminosidad. Por ello, el blanco es su color estrella, aunque con variaciones a sus tonos más cálidos, y convive con beiges y grises en este estilo que dará a tu estancia un toque acogedor y ordenado. Para hacer que tus muebles estén en máxima conjunción con tus paredes, añade maderas con efecto haya, pino o abedul.

              

¿Os han gustado estás ideas para decorar vuestra casa? Sea cual sea el estilo que queréis aplicar, estamos seguros de que estas tonalidades y consejos sacarán el mejor partido a vuestras ideas.